dimarts, 23 d’abril del 2013

dilluns, 22 d’abril del 2013

Mi historia para Sant Jordi


Neurologopedia 
Fecha de Inicio: Febrero 2013 
Fecha de Finalización: Abril 2013

Escribir un cuento, historia o un pequeño relato, utilizando las siguientes palabras:
  •  Aventura 
  •  Murciélago
  •  Barco
  •  Picadura
  •  Mono
  •  Huellas

 EL OLOR DE LAS GALLETAS

Había una vez un mono que vivía solo ¡Pobret!.
Para buscar una familia que lo acogiera agarro un barco de carga que zarpaba del puerto de Rabacunda en el África Sub-Sahariana. Fueron seis días de plácida navegación. Pescábamos peces voladores que cocinaba nuestro cocinero chino. 
Íbamos a Tambacunda a buscar aros de cebolla secos cuando de repente se me atragantó un aro de cebolla en medio del océano. Al mismo tiempo la brújula se volvió loca y ya no era de fiar, estábamos perdidos...

Me dormí un buen rato, la aventura ya andaba por buen camino. Las olas rompían contra el viejo casco del buque que crujía como una bolsa de papas fritas. 
El barco surcó el mar sin detenerse y de repente apareció una isla en el horizonte; era la isla de Nofotemnibrot, el nombre ya me gustaba. Espero que haga honor a su nombre.
Solo atracar el barco coloque el cargamento de Aros de cebolla… Era un mercader chino que tenía un almacén de alimentos al por mayor. Lo dejó todo cerca de la puerta pues lo tenían que venir a buscar. 
Fui al café más cercano a tomar un aguardiente para celebrar el inicio de la aventura en esta isla. El alcohol bajó por el esófago y luego a la sangre explotó en mi cráneo y ya no sabía dónde estaba. 
Era un pelele, el tablón era importante pero a lo hecho pecho. Salí del café tambaleando y la brisa del mar entro por mis narices, los pasos no me cundían no iban al mismo son que mi cabeza. 
Agarré la primera calle a la derecha y vi unas palanganas metálicas llenas de agua. Como estaba todo mojado el reflejo de mi cara me volvió a la realidad; después de mojarme el gaznate deje de creer en mí y seguí unas huellas, de repente cayó la noche.
Las sombras se adueñaron de las calles… La prisa es mala consejera y yo sigo al pie de la letra esta consigna. 
La lentitud de la marcha hizo que mi cabeza siguiera elucubrando e hizo que pudiera hacer dos cosas a la vez casi me convierto en mujer. 
Una casa iluminada por una bombilla de 60 w apareció delante de mí; era una construcción antigua que ocupaba una manzana y que proyectaba una sombra amenazadora. Solo entrar tropecé con una alfombra y caí de bruces sobre un piso resbaladizo lleno de excrementos, el nadar no es lo mío y entonces me levanté.
La situación podría salir de un relato de terror pero no fue así, saqué el bocata de mortadela y me puse a almorzar; luego encendí un cigarro y a la segunda pipada la nicotina llegó a la sangre, y ya no era el mismo. Me envalentoné, agarré la primera puerta y entré: Estaba todo lleno de murciélagos sedientos, yo seguía pensando en las rebajas de cojines. 

Cuando de repente la picadura de un mosquito me devolvió a la realidad. 

Colorín colorado con usted me he quedado. 

Si usted se ha quedado con mono de esta historia consulte con: Sapo Negro